Puedes irte,
llevarte todo de ti
los recuerdos,
las caricias, los besos,
el tiempo sin sabor,
las labores diarias de la agonía en tus brazos,
todo,
puedes irte y llevarte todo.
En el camión de la mudanza
en el camino que recorre
cuida que no caiga nada
no quiero reclamos de sinceridad
o la falta de un recuerdo o un detalle de los míos.
Sólo quiero estar en paz,
sin mis recuerdos,
sin mis caricias,
sin mis besos -que fueron tuyos-,
con ésta resaca después del amor
y ésta pequeñez desnuda
que nos muestra la indiferencia
de un tiempo compartido…
Eugenio
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