lunes, 29 de noviembre de 2010

Retrato

Habría que borrar aquellas olas
que se rompen contra el horizonte,
aquel sol a medio morir, rojo como la sangre
borrar ese cielo azul, inundado de estrellas.

Habría que borrar el viento, amante de tu pelo
y quitarte de ahí, de la orilla de la nostalgia,
borrar esas palmeras emborrachándose de la sombra lunar
y poco a poco olvidarte corazón.

Habría que dejar el recuerdo tuyo a un lado,
sacarlo del alma por los poros del cuerpo.
Olvidar ese vestido mecido por el deseo,
huir a la montaña detrás de ti y olvidarte
poco a poco corazón.

Agosto 14, 2006


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lunes, 15 de noviembre de 2010

El paso de los días...

Deja que te olvide
no me hables, no me pienses, no me sientas
no cierres los ojos de leche materna
ni te recuestes a un lado mío
en la noche eterna.

Déjame olvidarte
como el cuerpo se olvida del alma
en la muerte absorta que en silencio
suspira.

Somos un río que eternamente se sonríe
cuando por el árbol, se resbala.
La sombra se calienta entre tus manos
y yo me olvido ya, sin nada
sin nada.

Sé que es inútil, después de tanto
tu recuerdo crece en mi almohada.
Eres el rocío que acaricia la planta,
al alba te meces en el aire y pasas delante de mis ojos
con tu andar y tu danza.

Yo soy el martirio que no sabe darse por vencido
no sabe darse por vencido
y te recuerdo
y te tengo en un lugar prohibido.

Lento me descompongo a veces
entre las moscas que rondan mi cuerpo
entre el tumulto del tiempo

tu rostro
tu rostro que no me olvida,
se tiende en el cielo ufano
y abres los ojos
y me miras.

Deja que te olvide amor,

con el paso de los días…


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lunes, 1 de noviembre de 2010

Desconocida

Sé que no te conozco
nunca mi mano ha tocado tu embeleso
ni mis brazos te han rodeado el talle
ajeno a ti
mis ojos no se han posado en tus pasos
y mis labios nunca han besado la flor de los tuyos

Te siento sin embargo
y mis manos tocan tu ausencia
bajo la letra de tu nombre crece mi esperanza
bajo la sombra de tu árbol me he puesto a soñar
germinando anhelos
tus ojos negros, gráciles mariposas dejadas al vuelo
no tardan en llegar

Deja que te conozca amor
déjame saber del sueño, tu sueño
tener tus brazos alrededor del cuello
hiedra envenenada de pasión
déjame saber que de antemano
somos más que dos espejismos
mirándose en el mismo instante
en que te escribo.



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