viernes, 18 de febrero de 2011

Mientras escribo...

Mientras escribo, las cosas se acomodan de una en una, pareciera que siempre han estado ahí, al alcance de la mano. El café ha dejado escapar su alma en el vapor que se dispersa en las partículas del aire que le rodea.
Más allá, dónde mis ojos no alcanzan, dónde mi mano no toca, ni mi nariz te huele… estás tú, pero mi palabra te llega como relámpago en la noche y sabes que es mi voz que penetra y te aturde.
Casi como si nada, en el silencio y aún en el ruido que crece en el día, la vida nos pasa de frente buscando la felicidad sin saber que la felicidad está en esos pequeños instantes en que uno sonríe y mira y respira.
El amor es ilusión primera –yo lo llamaría trabajo- que se desvanece a veces en la realidad del tiempo que nos corre por las venas y se transparenta por la piel.
¿Dónde estás tú? ¿Qué cama te cobija en los brazos de la ilusión? ¿En qué brazos tu cuerpo yace cansado? ¿En qué ganas tus ímpetus se estrellan una y otra vez como olas en la arena? ¿En qué universos tus ojos se pierden contando estrellas? Si no estás conmigo…

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