domingo, 25 de marzo de 2012

La poesía

Yo parecía un niño
y mi niñez jugaba entre sus sueños
se escondía en sus ojos negros y la buscaba
en mi pequeño mundo, así como quién juega a nada
le conocí en el suyo.
...
Y era como nunca le había visto
estrellas y bosques, mares y peces
horizontes lejanos que se descolgaban en cielos rojizos
amaneceres largos, incesantes melodías
quedándose en el tiempo
así era y toda ella olía a soledad.


Juntándose de poco, como recogiéndose a la noche
en sombras, en madrugadas distintas
todas ellas distintas como lo era siempre que la encontraba
meciéndose entre mis dedos y ojos y pecho
y me dejaba maltrecho del alma
como quién juega a irse y volver, a hablar sin voz.


Y comenzamos por el hambre
por los momentos en que se forman los recuerdos
y la inocencia del primer encuentro
como si no hubiera otro amanecer
como si las cosas se tuvieran que vivir al instante
y llegamos al clímax sin descanso
y flotábamos en diferentes auroras, pero juntos
siempre juntos.


Aún permanecemos así…



Poesía
 
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