domingo, 28 de septiembre de 2008

Hipocresía




Hablo de ti cuando te ausentas,
cuando en el aire aún está tu perfume, raro,
-te lo he dicho muchas veces-
y te quedas en silencio con todo a cuestas,
tu soledad entera y esa forma de mirarme
que me penetra, que se lleva mis propios ojos
hasta tu vientre.

Hablo de ti a las paredes, a los muebles, a la luz,
a las imágenes viejas que me miran
y escuchan lo que tengo que decir de ti,
y todo vuelve al silencio, lugar de donde parto
hacía tu cuerpo de manzana
y todo me escucha y todo me espera y me mira.

La palabra brota entonces como manantial interminable de letras
y se rompe en el cristal de tus ojos
vertiendo tu líquido virginal, de adentro de ti,
gotas de agua que corren sin cansarse
en el costado de unos versos.

¡Me jode tanta ternura que tengo, tuya!

Amor mío esto es hipocresía,
cuando hablo de ti a los cuartos obscuros y en silencio,
a las mañanas en tus brazos, lugar en que no me canso,
en que se duermen los anhelos y el amor.
Hipocresía es lo que yo llamo
cuando tú duermes y yo le digo a las cosas
lo mucho que te amo.

Eugenio
Treinta poemas tristes








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jueves, 25 de septiembre de 2008

Si

Si.
Siempre me enfrento al mismo problema cuando me siento aquí, delante de esta hoja en blanco o enfrente de este ordenador o de una libreta abierta de par en par. Siempre me pongo a pensar un momento y ese momento se vuelve eternidad entre las olas de café que, revueltas en mi taza se revuelcan en el instinto de besar unos labios.La espuma humeante del recuerdo vigente baila ante mis ojos y mi mente comienza a elucubrar metáforas -de leche diría el poeta-, y mi cuerpo se pierde entre presagios y universos que van y vienen, vaivenes interminables de un mar interminable.

Si.
Navego a través de horizontes que nadie ha visto, que nadie ha sentido, que nadie supone que soy. Y las tardes interminables en que las hojas caen, en que llueve, en que el viento juega con el pelo de una mujer -que no tengo-, de los papeles vagabundos y en blanco que ayudan a lágrimas a nacer van a la par de mi barca. Y me hundo entonces, ¿qué es entonces?. Sólo imaginación que juega con los rayos de sol en las mañanas de cualquier vida.

Si.
Me he convertido en silencio para acallar voces, me he convertido en yerba, en nostalgia, en lluvia, en mundo…


Eugenio
Diálogos en soledad


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lunes, 22 de septiembre de 2008

Biografía.



Soy ingeniero de profesión, pero aprendiz de poeta -de oficio-.
No sé como comencé en éste arte de plasmar en letras mis sentimientos, ni cuando fue, creo que nací con ello, a veces siento que es una carga o un castigo que con estoicismo soporto, otras tantas, siento que es una bendición de Dios el poder expresar lo que uno lleva dentro y dejarlo ahí, navegando en el éter de una hoja de papel hasta que unos ojos sedientos de leer lo descubran.
Antes que escritor –si me permiten referirme a mi persona en ese término- soy lector, aunque en ocasiones no me alcance el tiempo para leer como yo quisiera. En mis inicios cuando escribía algo, no lo hacía en papel, lo hacía en la mente, infinidad de versos y poemas nacieron y murieron en un instante, por la pena de mostrar lo que escribía -algo tan común entre nosotros-, después se me metió la idea de que la poesía era sólo métrica y rima, así que me dediqué a escribir de esa forma pero me sentía encerrado en algo que no me gustaba y llegué a pensar que la poesía no era para mí ni me servía para expresar lo que realmente sentía, y no fue sino hasta que descubrí el verso libre que me sentí a gusto, poetas como Neruda, Sabines o Benedetti desfilaron ante mis ojos y me enseñaron a descubrir el proceso de encontrar un estilo propio. Considero que aún me falta mucho por aprender y muchos poemas por escribir, el camino es muy largo y nunca dejaré de crecer.

El amor, la soledad y la reflexión es lo que me mueve a escribir y creo que es sobre estos sentimientos que mi obra ha quedado asentada.
Lunita, quiero agradecer el que me hayas abierto este pequeño espacio en la red para poder compartir parte de lo que represento en este universo infinito de la red y de sus corazones.

Gracias


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miércoles, 17 de septiembre de 2008

Esta creciente necesidad ...

Esta reciente necesidad de cubrirte de mi ausencia
es sólo tuya, de nadie más.
He tratado entre la bruma, el abandono,
quedarme callado con apenas dos palabras quemándose entre los labios
y en ellas, tú.

Puedo morirme mil veces y luego
despertar siendo el mismo, con tu huella
que lastima y con tu necesidad de tenerme en la distancia.
¿Qué hago amor?, si te has vuelto roca,
y orgullo, soledad.

Yo te nombro -a veces- primavera,
estación del tiempo sin paradas, sin juicios,
sin letras…

Y te quedas aquí, conmigo, nombrándome en las noches, desesperada
inquieta, enamorada,
como si fuera la primera vez,
enclaustrada, en mis trastornos te derrites,
en mis noches en que no quiero salir
y verme como tantos otros,
tan falto de ti, de tu juicio,
de tus ojos.

Y callado renuncio a la tristeza del insomnio
cuerpo mío en que descansas, inerte y callada,
hasta que miles de murmullos te incitan a gritar:
te amo...



Eugenio
Treinta poemas tristes