Todo se reduce a un simple cuadro
mis brazos y tus brazos
mi corazón de solitario, nada más así
de solitario
y tus ojos que germinan como la primera vez
que se hicieran a la luz
y miran entre los castaños de tu pelo
las hojas hojas en que a veces se cae mi corazón.
De todas formas
-las habidas y por haber-
¡Te amo...!
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