domingo, 4 de octubre de 2009

Desde cuando que estas aquí...

Desde cuándo que estas aquí...
Desde aquel ayer…
Desde aquel entonces…

Dices que no me alcanzas, si suelo venir de un lado a otro de tu costado, que no me miras sino te miro, que no me sientes sino estoy contigo.
Yo no entiendo nada de lo que dices, si me tienes atado, en tus caderas como un remolino, mi mundo nace y tú naces en mi hombro.
Entiendo de soledad, entiendo de mí mismo, de las cosas que hago a diario, de las calles húmedas y tristes en las que he dormido, de los faroles en los que a diario me veo y busco realidad, busco silencio, busco consuelo. Uno debe ser un tonto que ama a diario, que piensa en mujer a cada rato.

¿Es que no me sientes?, ¿no me miras?, ¿no somos uno mismo?

Es tarde para todo esto, lo sé, las sombras que visitan mi estancia han comenzado a vivir en los rincones más apartados del corazón, el café ya está frío y el cigarro en el plato -como diría cualquier poeta ausente-. Es tarde -lo vuelvo a repetir- a estas alturas me he olvidado de horarios, de mañanas o de tardes, de días o noches que pasan rondando nuestra esquina. He notado que mi vida se mide por tus deseos que vienen a mí desde allá, más allá de mis fronteras -territorio tuyo- y todo me desconcierta, me desata el deseo que tengo de ti, el ansia de poseer algo más que tu cuerpo, -algunos dicen que el alma-, yo sólo digo que no lo entiendo.
Y es tanto que no lo entiendo, que necesito de tu olor en mi cuello, necesito tu mirada en mis ojos, tu lengua en mi boca para medir lo que digo, necesito algo más que unos momentos o unas palabras que digan: “te quiero”.
El amor es el mar de tus brazos -tan inmenso-, la silueta de tu cuerpo entre las sábanas, ese lenguaje destinado al placer después de hacerlo, es el murmullo de tu voz que despierta, el viaje pasajero de tus labios en mi piel y el mismo silencio cuando me miras.
Yo he dicho que no entiendo nada del amor, quizá después de todo, sólo pretendo cerrar mis ojos y callar que te amo…


Eugenio



Copyright © Eugenio.– Todos los derechos reservados

1 comentario:

Mareas dijo...

No es bueno cerrar los ojos y callar el amor cuando nos inunda el alma. Sólo aceptar que cuando no es para uno, no queda más remedio que hacernos a un costado, aunque lastime el corazón.
Estoy encantada de haber encontrado este sitio, indudablemente el sitio de un gran escritor, por lo tanto me presento.

Estoy recorriendo blogs literarios extendiendo esta invitación
a distintos poetas:

Soy moderadora del portal literario Mareas del alma: http://mareasdelalma.foroactivo.com

Sería realmente un honor para todos nosotros contar con un
escritor de tu jerarquía dentro de nuestro núcleo, para enriquecernos,
aprender y soñar en un ambiente de amistad y armonía.

Podrás utilizar el espacio para publicitar tu blog con otros poetas
sin otro fin que el de compartir un momento agradable,
que conozcan el fruto de tu inspiración y sentir ese placer de la
compañía de un par que también siente y ama la poesía.

Mil disculpas por la molestia, ojalá pueda encontrarte allí Eugenio, para seguir conociendo la maravilla de tu obra.

Un besito para vos y gracias por el tiempo que me has brindado.

Denn