
No sé que tiene la noche, la noche no termina
al día que no estás entre mis brazos
y este suspiro inconsciente de rayos solares
que empañan mi visión.
¿Cómo no tenerte, cómo no mirarte?
en la soledad en que mis ojos se posan.
No, no está tu mano en mi mano
ni tus ojos en mis ojos, ni tu vientre en mi vientre,
paloma tendida al viento,
y no está tu cuerpo, no estás tú,
fuente de mis deseos y anhelos.
¿Cómo decir que te amo, si no estás?
¿Cómo implorar tu olvido?
si me enterco a tenerte aquí, aprisionada en mis besos
y en mis cuatro paredes y en mi cama
que vacía añora tu cuerpo entre las pieles que la cobijan
sábanas ajenas a este dolor profundo, al olvido que he hecho de ti…
Copyright © Eugenio.– Todos los derechos reservados