
Tú no lo sabes, no lo sabrás nunca
mientras cierras los ojos
y oyes los suspiros que ya no tienes
y yaces bocabajo sobre mi espalda
y te arrejuntas en mi boca, mis ojos que no te miran
se recrean en el amor de tus ansias.
Tú no lo sabes, pero eres una cosa cierta
una estrella apenas,
una hoja de árbol cayendo en mi sábana,
un respiro así, sencillo o sensual, desnudo,
desnudo como la piedra de mis ojos
o esta urgencia de amor, que se queda
después de amanecer.
Yo soy el que te veo crecer de la noche al día
entre mis sueños quizá, entre la soledad de mi palabra.
Entre mi cuerpo y tu cuerpo hay un espacio vacío
que intentas llenar con tus manos y tus suspiros.
Te miro silencioso y pienso,
pienso en tus gráciles piernas
en tu mirada, en tu pelo.
Tú no lo sabes, no lo sabrás nunca
mientras yo te amo en la oscuridad
tú aprietas el paso, apresurada a cualquier lado
a la escuela, al mercado, a la comida
al corazón quizá…
de otro.
Eugenio
Alevosía
mientras cierras los ojos
y oyes los suspiros que ya no tienes
y yaces bocabajo sobre mi espalda
y te arrejuntas en mi boca, mis ojos que no te miran
se recrean en el amor de tus ansias.
Tú no lo sabes, pero eres una cosa cierta
una estrella apenas,
una hoja de árbol cayendo en mi sábana,
un respiro así, sencillo o sensual, desnudo,
desnudo como la piedra de mis ojos
o esta urgencia de amor, que se queda
después de amanecer.
Yo soy el que te veo crecer de la noche al día
entre mis sueños quizá, entre la soledad de mi palabra.
Entre mi cuerpo y tu cuerpo hay un espacio vacío
que intentas llenar con tus manos y tus suspiros.
Te miro silencioso y pienso,
pienso en tus gráciles piernas
en tu mirada, en tu pelo.
Tú no lo sabes, no lo sabrás nunca
mientras yo te amo en la oscuridad
tú aprietas el paso, apresurada a cualquier lado
a la escuela, al mercado, a la comida
al corazón quizá…
de otro.
Eugenio
Alevosía
Copyright © Eugenio.– Todos los derechos reservados